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PROFUNDIZACIÓN INCONSCIENTE



Hasta el s. XIX, los filósofos de todas las tendencias sostuvieron el dogma de la conciencia de la mente, negando que en ella pudiesen desarrollarse operaciones inconscientes. No obstante, la ausencia de una teoría no impedía la práctica de lo inconsciente por medio de procedimientos operativos (médicos, psicólogos) basados en la sugestión, como el exorcismo (ilustrado en la imagen) o la alquimia.


Al descubrimiento del inconsciente contribuyó la llegada a Europa, en las primeras décadas del s. XIX, de la hipnosis (utilizada al principio también por Freud), practicada desde tiempos inmemoriales en Oriente pero totalmente desconocida en Occidente. Los extraños poderes de la práctica hipnótica (pérdida de la voluntad, regresión mnemónica, insensibilidad al dolor), a pesar de ser explicados con la lógica reduccionista típica del positivismo (-->) -es decir, como un efecto de un fluido magnético (o animal) no del todo aclarado- permitían entrever la insospechada complejidad de los fenómenos mentales.


La idea del inconsciente es anterior a Freud y aparece por primera vez en A. Schopenhauer (--> Voluntad de vivir). La célebre <metáfora del iceberg> (en la ilustración) tampoco fue inventada por Freud, sino que fue expuesta por primera vez por el psicólogo alemán T. G. Fechner (1801-1887), fundador de la psicología experimental, con el fin de ilustrar el novedoso concepto de <umbral de la conciencia>.




TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO