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PROFUNDIZACIÓN AUCTORITAS





En la escolástica, el principio de la auctoritas fue aplicado no sólo a las Sagradas Escrituras y a la teología, sino también al pensamiento científico. A cada área del saber le era asignado un autor que supuestamente había dicho la verdad definitiva en aquel campo. Ejemplar era el caso de la anatomía, que se enseñaba por imágenes: el maestro, sentado en su cátedra y alejado del cadáver, lee el texto de Galeno, el gran médico del s. II d.C. La disección le es confiada a un ostensor, un ejecutor sin importancia, casi siempre un barbero. Si la realidad desmentía el texto no se otorgaba a un error de la auctoritas, sino a una patología o particularidad del cadáver.

San Juan mientras escribe el Apocalipsis, asistido por un ángel. El principio de la auctoritas se basaba sobre el concepto de revelación: la verdad no es el fruto de las capacidades racionales, sino una manifestación de lo divino. El texto revelado no está compuesto por el autor, sino por el mismísimo Dios.

El principio de la auctoritas no podía ser desmentido por ninguna prueba concreta, considerada mucho menos competente que la opinión de cualquiera de los grandes del pasado. Valga como ejemplo el caso de la teoría musical, que hasta el s. XVI no admitió la existencia de los acordes de octava porque no estaban previstos por la auctoritas de la materia, Severino Boezio (s. VI d.C.), quien por su parte se había limitado a referir las aún más antiguas doctrinas pitagóricas (--> Armonía Musical). En la ilustración se reproduce una miniatura de su De arithmetica, de musica. La división pitagórica de la investigación científica en aritmética, geometría, música y astronomía dio origen a las <artes del quadrivio> (las bases de la educación medieval).




TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO